viernes, noviembre 23, 2007

PRINCIPIO Y FIN DEL PAN DE MOLDE

Tengo una tostadora clásica. Una que me mira. Sí, y hace las tostadas de cuatro en cuatro. Te da opción de poner dos al calor, al tueste, pero siempre gusta duplicar. 
Me mira por los pitorros, sus dos baja-baja-la-tostada-entiendo, asemejan una cara graciosa. 
Y eso que no tiene expresión, sus baja-baja son lo único que la explica. 
Si tuviera una oblonga hacia arriba no sería lo mismo.
Te refleja como espejo pero no te ves.
Habéis sentido esa sensación. Están felices, estás feliz, te rodea la felicidad y no sabes por qué o dónde está. En realidad qué más da, descubrí que siempre hay alguien que quiere la del principio y la del final.



Se me tome, o no se me tome, en cuenta, ta, ta bien.

1 comentarios:

A las 3 de diciembre de 2007, 16:32 , Anonymous Anónimo ha dicho...

tengo tostadora y no la uso. Prefiero calentar pan de barra en el horno, eso sí, uso mantequilla y mermelada (ciruela por supuesto).

 

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