martes, marzo 21, 2006

AGUJA E HILO PARA JACK

Me paré a pensar en el hilo. Al rato no tuve más remedio que pensar en su compañera la aguja. Enhebré, y como era por justicia, justo después me puse a coser. Pero antes, antes de llegar a este punto sucedió algo, un acontecimiento de días, meses y años atrás que me traería de vuelta hasta donde estoy ahora, a ejercer el oficio de costurero.

El hecho acaecido es de los que unifican a las masas, puesto que todo el mundo se habrá encontrado con él en alguna ocasión. Trata sobre la identidad de un asesino de ilusiones,

Jack, el Destripador. Al igual que en otros muchos casos como, Chacal o el verdadero asesino de JFK, se han barajado multitud de hipótesis acerca de su identidad, pero jamás se llegó a una conclusión totalmente cierta. Bien, pues tras un periodo de tiempo analizando, estudiando y codeándome con el caso, vi la solución delante de mi.

La idea se asemeja muy estrechamente a la que se formuló para el caso de JFK, y es la diversidad de asesinos. Muchos son los que tomaron como pretexto los actos del destripador inglés para aprovecharse de la situación, pero conforme pasa el tiempo, el mismo pasado, los ha unido en una coalición sin precedentes. Estos individuos que viven del destripe han tocado fondo, han osado enfrentarse contra mi persona y esto no puede quedar impune. No he de preguntar a mucha gente para saber la multitud de personas que se ha topado con ellos. Ellos, culpables de destripar los finales, y algo más, de películas como, El Sexto Sentido, From Hell, Sospechosos Habituales, o de libros como La Metamorfosis de Kafka. Han tenido el valor para desvelar el sueño hipnótico que produce el visionado de una película o la lectura, son capaces de cargar con ello sin que les produzca ningún tipo de remordimiento, como decía, asesinos de ilusiones. Aun así me considero una persona razonable, aun cuando conozco sus identidades no he ido corriendo a la policía, simplemente, han pasado a formar parte de mi lista, la lista del costurero.

Y ahora me encuentro aquí, de nuevo, ejerciendo mi labor, entrevistándome con ellos amablemente para después coser sus labios imprudentes. No habrá más destripes, sólo bocas cerradas. Es una tarea ardua pero me siento apoyado en virtud del bienestar social. Quién sabe, quizás el próximo seas tú...

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