martes, marzo 21, 2006

UN MUNDO NUEVO

Román nació en una casa humilde, rodeado de paredes vacías y un suelo con un parqué un tanto descuidado. Antes de tener plena conciencia, sus padres se mudaron a una casa mucho más ostentosa con un parqué digno de cuidar, y se hicieron la promesa de que éste jamás estaría tan sucio como el de su anterior vivienda.

Pero el tiempo pasa, y surgen millones de asuntos que hacen olvidar ciertas promesas, y así el parqué tomo su camino hacia la oscuridad y el negruzco. Un día, Román alcanzó la nada despreciable cifra de quince años, y decidió que era el momento de raspar toda esa suciedad del parqué. Así pues cogió la espátula y comenzó con tan laboriosa tarea,

dedicó mucho tiempo pero al final consiguió que el suelo brillara resplandeciente.

Sus padres quedaron petrificados al ver el aspecto tan maravilloso que presentaba la casa, y de nuevo prometieron que intentarían mantener en lo posible el cuidado del parqué, e incluso se adjudicaron turnos para que, una vez cada dos semanas, cada uno de ellos, incluido Román, dedicara un tiempo a mantener el suelo.

A las dos semanas ni el padre ni la madre de Román repararon en el aspecto del suelo, así que Román tuvo que volver a hacerlo. Otras dos semanas y lo mismo. Pasaban y pasaban las semanas hasta que Román dijo basta, y allí nadie volvió a raspar el parqué.

Román cumplió diecisiete años, ese mismo día les habló a sus padres sobre la dejadez que presentaba el suelo de la casa, sus padres, viendo el estado de aquello decidieron darle la razón a Román y no tuvieron más remedio que abandonar la casa unos días para que el parqué fuera barnizado de nuevo por completo.

...

Comité de empresarios y economistas. Al habla el presidente. Y ahora todos ustedes se preguntarán a cuento de qué ha venido toda esta historia, pues bien, como sabrán la mayoría, al conjunto de valores bursátiles también se le llama parqué, así que, vista la situación en la que nos encontramos saquen ustedes sus propias conclusiones.

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Calle Lagasca 101 Piso 2º C. Al habla el padre de familia. Y así es hijo, verás que en el fondo no somos más que pequeños trozos de madera dispuestos sobre este gran suelo que es el mundo. Bueno papá esta vez te has pasado de filósofo ¿eh?. Quién sabe hijo quizá sí, ja, ja, ja. ¡Román!,¡Román!,¡a comer!. Oops, vamos hijo, vamos a la mesa que ya sabes que a tu madre no le gusta esperar ...

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