miércoles, marzo 29, 2006

Yo secuestré a la princesa Saralinda



Tú eres el protagonista. Una frase con la que algunos de nosotros crecimos. Por aquel entonces necesitabamos un incentivo para empezar una lectura. ¿Y qué hay mejor para un niño que le llamen protagonista?. Elige tu propia aventura. Se trataba de ser el dueño de tu destino en todo momento, siempre dentro de unas cuantas opciones. Gozar leyendo, teniendo una interactividad con el libro fuera de toda duda, salvando a la princesa o jodiendo al malo de turno. Escapando de trampas imposibles.
Magos y guerreros. Si vas a ser el Mago, pasa a la página 11. Si vas a ser el Guerrero, pasa a la página 9. Nos mandaban a las últimas páginas a por el "Libro de los Hechizos" o el "Libro de las Armas" dependiendo de nuestra elección. Allí podíamos optar, entre otras muchas, por el Hacha de Guerra, el Mayal o la Triple Ballesta como el Guerrero. Para el Mago teníamos la Metamorfosis, el Sueño del Brujo, el Desencatamiento, etc...
Ahora podía dar comienzo la función. Nuestra elección de armas y hechizos sería vital para el desarrollo de la historia, pero también lo sería nuestra temeridad y audacia. Aún me recuerdo jodido cuando leía "FIN", en unas letras mayúsculas insultantes, que venían a decir que la había palmado. Pero eso no me detenía para intentarlo una vez más. Ahí queda también la satisfacción de llegar al final correcto y de haber salvado la situación. El Mago o el Guerrero ganaban esta vez.
Recuerdo que era tal el próposito de los editores de hacernos sentir protagonistas, que ni siquiera en la portada aparecía el nombre del autor del libro. Es que eramos casi nosotros los que construíamos ese libro. Crecí, y no dejo de dar las gracias ni un solo día, al creador de esos magníficos libros. R.L. Stine, creador , entre otras cosas, de los libros y la serie "Pesadillas", pero eso ya es una historia que debería contar otra generación.
El Mago y el Guerrero dicen adiós, pero siempre estarán ahí para echarnos un cable, lo sé.


Magos y Guerreros, libros de fantasía épica en los que "Tú eres el protagonista", de R.L. Stine.

4 comentarios:

A las 29 de marzo de 2006, 13:55 , Blogger Mr. Kaplan ha dicho...

Vale tío, has conseguido emocionarme. Hasta recordabas el mayal... Aunque has olvidado la estrella de la mañana te has ganado una botella de cacique pa ti solo, lo juro.

 
A las 30 de marzo de 2006, 13:42 , Blogger Antonio ha dicho...

Hola que tal, no suelo dejarme caer por aquí, pero al ver este post me percaté de mi error.

Sí, yo también caí en varios de estos volúmenes de joven. Ahora, al verlos desde esta distancia, me producen esta reflexión: los libros de varios finales a elegir (que, de pequeño me parecían la mayor idea que podía concebir un autor) no existen porque al final eres incapaz de quedarte sólo con uno. Los lees todos, te quedas con todas las posibilidades, y descubres que en el fondo el tipo es un patán y el libro un mojón, y todo por nuestras ansias de conocimiento. Es como liarte con un pepino femenino y por querer fornicarla descubrir que tiene premio, te lo mereces (basado en una historia ajena)

 
A las 3 de abril de 2006, 11:04 , Blogger GANZUAS ha dicho...

Bravo Antonio, tu símil entre el libro y el pepino femenino me parece muy acertado pero, ¿seguro que es una historia ajena?...

 
A las 3 de abril de 2006, 15:15 , Blogger Antonio ha dicho...

Eso espero

 

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