jueves, septiembre 13, 2007

LA GUERRA DE LA MAGIA (Capítulo 1)


Dos magos han iniciado la mayor de las guerras. Ragot, uno de ellos, prepara su primer conjuro. "Convoco al Mossad". De un bucle atemporal salen miles de personas pertenecientes al servicio de inteligencia israelí. "A qué se supone que estás jugando, Ragot" - dice Brez, el otro mago. "Supongo que será una broma" - insiste Brez. "Claro, tómalo como tal" - y diciendo esto, Ragot lanza al ataque a su Mossad. Una nube de balas se dirige hacia Brez mientras recita unas palabras inaudibles por los disparos. La nube de balas deja paso a otra nube. Una nube de humo. Mientras se dispersa se deja entrever una figura protegiendo a Brez con un escudo del Vaticano. "No puede ser, ¡acabas de convocar al Papa!" -afirma Ragot. "Sí, pero no a cualquier Papa, es Juan Pablo I, y no veas el cabreo que tiene por haber sido envenenado" -asiente Brez -"y aún queda lo mejor, ...¡contempla el poder de su arsenal!". Juan Pablo I, enciende un cigarrilo, de debajo de su hábito saca dos kalashnikov y dice:"Es hora de la homilia participada." El Papa empieza a disparar sin fallar un solo tiro. Hasta ese momento se ha llevado por delante a la mitad del Mossad. Cuando ha acabado con todas su balas, se descuelga un bazooka de la espalda y reza: "Podéis ir en paz". Juan Pablo I ha acabado con todo el Mossad en cuestión de minutos. Brez dice: "¿Qué vas a hacer ahora, Ragot?". "No cantes victoria aún" -responde Ragot. Es entonces cuando, debajo del suelo que pisa el Papa con sus benditos pies, se descubren dos agentes del Mossad y se abalanzan sobre él. Juan Pablo I se deshace de uno apagándole el cigarrilo en el ojo, y al otro lo parte por la mitad como si fuera la hostia sagrada. Mientras tira al agente del Mossad partido en dos dice: "Tomad y comed todos de él". Y dicho esto revienta la cabeza de un pisotón al agente malherido del ojo. Acabada la batalla el Papa lo celebra tomando el vino, sangre de la alianza nueva y eterna. Cuanto todo parece decantarse hacia el lado de Brez, el Papa cae muerto al suelo. Ragot dice: "Mis agentes del Mossad no hablan tanto como tu Papa pero conocen sus costumbres y saben como envenar el vino. Tiene gracia morir dos veces de la misma forma.". "Acabas de cometer el pecado capital con las mayúsculas más grandes de tu puta vida, Ragot" -dice Brez, mientras se prepara para otro conjuro.



Fin del primer capítulo. Continuará...