jueves, diciembre 13, 2007

FRANZ Y VINCENT (Capítulo 2:Conclusión)

Qué le pasa al tiempo. Tan pronto es presente como se convierte en pasado. Vincent no mató a Franz. Y Franz no dio un serio correctivo a Vincent. Eso no ocurrió en el presente, pero quizá algo aconteció en el pasado.

Leonardo Da Vinci volaba por lo cielos con su helicóptero. No, no estaba muerto. Nadie muere de una o dos puñaladas. O quizá sí, pero no en esta historia. Leonardo avistó a Franz y a Vincent, y claro, se fue hacia ellos.

-Apártate de él, Franz -dijo Leonardo-. Sólo quiero al loco del pelo rojo.

-Me temo que eso que me pides es imposible, Leo -respondió Franz-. Nuestros caminos están ligados por el mismo destino.

Vincent comenzó a enrojecer de ira.

-Vamos, cabrón, ven a por mi. Creo que todavía me queda algún cuchillo por aquí -dijo Vincent a Leonardo.

Fue entonces cuando Leonardo se encontró de nuevo con su ejecutor, la fina hoja del cuchillo de Vincent. Pero Da Vinci venía preparado esta vez, había inventado un nuevo artilugio, lo que él llamaba: La Bomba Gioconda. El loco pelirrojo se lanzó a por Leonardo con su cuchillo, y justo cuando se disponía a clavárselo algo le paró. Ese algo era Franz, fuera de sí, estaba convertido en el monstruo Gregor Samsa. Y ahora atacaba a los dos pintores.

-¿Qué hacemos? -dijo Leonardo-. No podemos combatir contra esa cosa.

-Calla, estúpido, Vincent Willem Van Gogh no se asusta ante nada -dijo Vincent con cara dubitativa.

-Hay que pensar en algo rápido y no creo que tus cuchillos ayuden esta vez -bramó Da Vinci.

-Saca tu paleta y tu pincel, Leonardo. Vamos a pintar un cuadro conjunto -dijo Van Gogh.

-¿Pero qué dices, maldito tarado? Este no es el momento.

-He dicho que saques tu paleta y tu pincel, y no lo repetiré -dijo Vincent a Leonardo-. Vamos a pintar la manzana podrida, a los padres de Gregor y se lo lanzaremos al mismísimo cerebro.

Mientras uno entretenía al monstruoso Samsa, otro aprovechaba para pintar. Y así, fueron turnándose hasta obtener el cuadro perfecto que reflejara la muerte del metamorfoseado.

-Así debería bastar -dijo Vincent-. Ahora dame tu bomba, Leonardo.

-¡Ni soñarlo, jámas le daré mi mayor creación a un asesino psicópata como tú! -gritó Da Vinci.

-Vale, entonces tendrá que ser por las malas -al acabar estas palabras, Vincent clavó su pincel en el corazón de Leonardo y le arrebató su Bomba Gioconda. En ese momento, Vincent se dio cuenta que estaban rodeados por un círculo de gente inmenso. Sonrió y dijo:

-Es hora de terminar el espectáculo -y haciendo una reverencia como para agradecer unos aplausos, Vincent lanzó la Bomba Gioconda al cuadro. Todo desapareció junto con el monstruo Gregor Samsa.

En la actualidad. Ahora, después de conocer la verdad, la genta valora mucho más, si cabe, La Metamorfosis, La Gioconda y La Noche Estrellada, todas ellas, famosas obras del genial Vincent Willem Van Gogh. Algún loco pelirrojo ríe en el más allá...